Creo que no hay nada más afrodisíaco que sentarse a media luz frente a ese que tu sientes es "tu príncipe azul" y disfrutamos de unos ricos camarones nadando en aceite y ajillo, luego una proboleta que se estira más que un atleta, todo mientras atontamos nuestras papilas gustativas con cada sorbo de pisco sour o vino o cualquier cosa que luego te inhabiliten para conducir!! jiji lo adoro!!!! yn luego el plato de fondo que puede ser lo que más te guste... y aunque sabes que el "manual de Carreño" dice que debes dejar un poco en el plato, no estas ni a un metro!!! si ni te de da vergüenza pansear el aceitito de los camarones!!! mmmmhhh!!!
me voy directo al Eladio!!!!
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